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y una vez, hasta dorados. Una cupletista. Vamos, no juzgues así a alguien que nunca has visto. Es una mujer de mundo, de la alta sociedad. Por lo demás, en su casa he visto a un señor muy distinguido, amigo de su padre, supongo. ¿La clase del Sr. Topaze? La tercera a la izquierda. Lo que he pensado es Aquí está, vete. ¿Qué? Aquí está vete. Vete. Aquí está. Vete por ahí, por ahí. Buenos días, Sr. Topaze. Buenos días. Quería ver el internado antes de ver al director. Creo que he hecho bien. Por supuesto, señora. Si me lo permite, le acompaño al despacho del Sr. Muche. Estará encantado de recibirla. Perdón. ¿Y los otros patios de recreo? ¿Los otros patios? Habrá un jardín para que jueguen los niños. No, señora, no. Comprendo que este patio pueda parecerle pequeño, pero en realidad se engrandece por un hábil reglamento. El Sr. Muche ha observado que un niño corriendo ocupa mucho más espacio que un niño inmóvil. Por eso ha prohibido los juegos que implican desplazamientos rápidos y el patio se ha agrandado. Parte del mismo principio por el cual embotamos un montón de anchoas en un tarrito. ¿Y estas puertas de alrededor? ¿Son las aulas? Sí Sra., hay , como puede ver. Lo que veo del internado Muche me quita las ganas de traer al niño. ¡Qué le vamos a hacer! Espero no perjudicarle. No, no es más que un pequeño contratiempo. Digo contratiempo porque ya he hablado al Sr. Muche del brillante recluta que me jactaba de traerle. Y él pensará sin duda que he hablado a la ligera. Iré a verlo yo misma. Y le eximiré a Vd. de toda responsabilidad. Es Vd. muy buena, Sra. A Gaston le dará Vd. horas de clase diarias. ¿ horas? Desgraciadamente no me es posible. Mis horarios no me dejan el tiempo disponible. Entonces hora, como antes. Sr. Topaze, sea tan amable de hacer las presentaciones. Es un honor para mí presentarle al Sr. director. La Sra. Courtois, de quien le hablaba. Sra., me honra su presencia. Encantada. ¿Está al día de mi proyecto? Sí, Sra. Es solo un proyecto. Tengo un sobrino. Niño encantador. ¿Lo conoce? Aún no, pero mi colaborador se ha deshecho en elogios.