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Venga, Neddie, vámonos. Decía que yo también me casaría con esa chica. Mi hermano bromea. Espero que no. Es grato que a uno le envidien, y por una razón así. Eres un caballero, Henri. Aquí vienen el capitán Roberts y el Sr. Nichols. Se toman su tiempo, los pillos. Creo que he oído hablar del capitán Roberts. No es extraño. Toda Inglaterra ha comentado su hazaña. Geoffrey, Sr. Nichols, ¡qué alegría tenerles entre nosotros! Yo también me alegro de verla. Hay algo que no entiendo. ¿Por qué estando de permiso consienten que los atrapen en esta casa estirada? No te preocupes. Ya ves que Thomas no ha cambiado. Creo que conoces a la mayoría de los invitados. Pero hay alguien a quien no conoces, mi amigo francés, el marqués de Panzanne. Responde al nombre de Henri. Llámale Henri. Capitán Roberts, Henri. Henri y yo rivalizamos por amor. Su prometida Bueno, ya la verás. Me voy o Alice me regañará. No se tome a mal su sentido del humor. Al contrario, lo admiro. Sus historias a veces son un poco Pero son muy divertidas. Me refería al comentario sobre su prometida. Pero es que es encantadora. No me molesta que otro hombre lo diga. Es una actitud caballerosa. Olvidaba que ha estado fuera, así que no lo sabe. Mi prometida y yo nos conocimos en circunstancias trágicas. Enviudó cuando asesinaron a su marido. Qué trágico. No tanto, excepto porque la acusaron a ella. Por supuesto, era inocente. Desde luego. Aunque yo no la habría culpado. Su marido era un canalla. Peor. Era coleccionista de porcelana. ¿Coleccionista de porcelana? Un vicio espantoso, ¿verdad? Mi prometida, capitán Roberts. Alva. Madame Esta costumbre extranjera de besar la mano me parece estúpida. Pero si me permite, por una vez ¡Thomas! Encantada de verla. Le presento a la Sra. Robins. Mucho gusto. Madame Sangrito ¡Eh! Vosotros dos. ¿Creéis que os llevaré a la dama? Madame Sangrito, aquí tiene a dos jóvenes mequetrefes que han recibido menciones de honor y que se dan mucha importancia. El Sr. Nichols y el capitán Roberts. He oído hablar de la valentía del capitán Roberts. Me gustaría hablar con él algún día de lo que pasó en un país tan lejano. No, no. Nada de eso. Roberts tiene fama de donjuán. Sí. ¿Qué os pasa? ¿Se os ha comido la lengua el gato? ¿No decís nada? ¿En qué se están convirtiendo los jóvenes oficiales? Confío en que le guste Inglaterra. ¡Confía en que le guste Inglaterra! ¿Por qué no le preguntas por el tiempo? Me encanta Inglaterra, pero me he sentido sola y triste. A cenar, Thomas. Acompaña a Lady Iphigenia. Ni pensarlo. Perdona, Henri. Yo acompañaré a Madame Sangrito al comedor. Le he dicho a Lady Iphigenia Pues dile otra cosa. ¿Es que el anfitrión no tiene privilegios en su casa? Vamos, querida. Es un buen chiste. Y pasó de verdad. Yo fui testigo. Me recuerda a la historia del viajero y la institutriz. Thomas, por favor, no lo cuentes. Vaya, Alice. No sabía que lo conocieras. Claro que no lo conozco. ¿Cómo puedes? Una vez conocí a dos hombres en EE. UU que estaban locos por la misma chica. ¿Cree que dos hombres pueden amar a la misma mujer y seguir siendo amigos?