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Sí, sí, sí. Por favor, siéntese. Siéntese, por favor, siéntese. Se trata de Clara, ¿verdad? La señorita se ha interesado por su estado de salud y habría ido a verle al hospital pero la retuvo el miedo a que su visita pudiera molestar. Bueno, ¿cuánto quiere? Tenga en cuenta que, de no ocultarse que estaba en el coche, el seguro habría debido indemnizarla. Lógicamente, usted deberá sustituir al seguro para resarcir del daño. Sí, sí, pagaré, pagaré. ¿En qué consisten esos daños? ¿Cuánto valen? Vamos, diga la cantidad. Aquí tengo anotados los gastos de la señorita por las curas que ha tenido que hacerse. La indemnización de la compañía de seguros más una suma adicional, a titulo de, no sabría cómo decirlo, de reconocimiento, de gratitud por el secreto. Espero que usted querrá . Sí, lo admito todo, diga la cantidad. Aquí tiene. Pero, ¿está loca? La cifra puede parecer excesiva. Comprendo que le haya sorprendido. Pero considerando las circunstancias y la situación particular no me queda más que sufrir el chantaje. ¿Es eso lo que quiere decir? No se trata de un chantaje. ¿No? ¿Y cómo lo llama? Sabe tratar bien sus asuntos y su cliente no tendrá queja. Aprovecha la ocasión para dar un gran golpe. Se equivoca, ¿sabe? No soy un tipo que se deje intimidar. Me conoce poco la señorita. Sus amenazas no me dan miedo. ¿Cómo debo interpretar sus palabras, Sr. Moretti? ¿Como una negativa? Naturalmente. Estoy dispuesto a resarcirla por los daños sufridos y a demostrarle con cierta largueza mi gratitud, por su complicidad, pero dentro de unos límites razonables, para ser más precisos y honrados. ¿Y cuáles serían esos límites? La décima parte de lo que me pide. Es poco. Es demasiado. Si usted está autorizado a darlo por cerrado, yo estoy listo para pagar enseguida. No, yo tengo que informar, pero no creo que acepte. ¿Ah, no? Pues entonces dígale a su cliente que no se haga ilusiones. No le daré ni un céntimo más. Está bien, se lo diré. Y que lleve cuidado. Si no se da por cerrado pronto, podría cambiar de idea y arrepentirme. ¿Cambiar de idea? ¿Aumentar la oferta? No. Retirarla. Es una posibilidad bastante probable. Informaré a mi cliente. Estaría bien que usted considerase las otras eventualidades. Creo que no hay nada más que hablar. ¡María! Si quiere hablar conmigo o con mi cliente, bastará con una llamada telefónica. En el folleto está mi número. Para usted, doctor. Gracias. Nos alegra comunicarle aceptación su solicitud dirección departamento quirúrgico hospital Caracas. Esperamos su confirmación. Me alegro. Gracias. Ya lo sabía, pero no creía que fuera inminente. Imagino que estará muy satisfecho. Sí, sí, claro. Sustitúyame en las visitas, por favor. Sí. ¿Diga? ¿Diga? ¿Diga? ¿Podrías bajar la radio, por favor? ¿Por qué? ¿No te justa el jazz? Sí, me gusta. Pero está un poco fuerte. ¿Está bien así? Sí, gracias. ¿Qué pasa? ¿Estás nerviosa esta noche? ¿Yo? No. No es divertida mi compañía, ¿verdad? No, qué va. Siempre encerrada en casa, de la mañana a la noche. Puedes tener ganas de salir, de tomar un poco el aire. Te lo agradezco, pero no tengo ganas.